Hoy, de nuevo, ha vuelto la cabeza.
La vida se ha detenido,
me ha mirado.
Me gusta cuando me miras de esta manera,
de frente.
Me gusta cuando tu mano va aproximándose
por mi muslo, y en cada
pequeño avance hacia mi cubierta intimidad,
se tambalea mi equilibrio,
se atropella mi deseo.
¡Silencio!
No digo nada.
El pensamiento se relaja,
se adormece.
Disfruto el momento.
De repente:
¡Atención!
Comienza la música,
los pensamientos cobran alas, se elevan, se disparan,
irrumpen fantasía, y... resbala la sonrisa traviesa.
Me descubro iluminada, entre
divertida y perpleja...
Estoy viva.
La vida me ha mirado de nuevo.
Estoy contenta.
No hay más.
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