No se trata de que mi cuerpo no respondiese a tu llamada,
no se trata de que este silencio sea resonancia vacía de sonidos,
no se trata de miedo, desinterés o distracción;
sencillamente, se rompió el espacio donde fantaseaba,
donde cupiera lo que surgió en cada aliento compartido.
Fue divertido atrevernos,
de lo más trastornado en el microespacio principal que nos acoge cada mañana.
Me gustó.
Posiblemente, con un poco de tiempo más
hubiésemos llegado a donde tu me querías llevar
y yo ansiaba alcanzar;
sin embargo, no fue así.
No idearé ni una explicación más donde justificarme,
lo racionalizaré cuando llegue el momento
aunque ya disponga de gestos importantes para ello;
aún estoy perturbada por lo sucedido.
Has entrado y vas a salir de puntillas de mi vida...,
como te he percibido todo el tiempo y
has elegido permanecer a mi lado.
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