jueves, 16 de septiembre de 2010

¡Socra!


¡Socra!
Tus labios se pronuncian
elevándose a mi mirada.
¡Socra!
Tu piel mulata me invita a descubrirla...,
ampliándome en inquieto perfil de deseo.
¡Socra!
Cada sílaba voluminosa de tu gesto
vierte sonidos nuevos y exóticos
para este viaje a tu cuerpo, a tu color,
a la elegancia que anota cada pisada de hombre del desierto.
¡Socra!
Apareciendo impreso como una bonita huella
en mi piel de mujer águila,
que atraviesa de lleno esta ofrenda de luz, color, amistad y tierra;
y regrada profundamente contagiada de un hermoso tiempo.

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